viernes, 14 de mayo de 2010

Un poco de estadística

Para mi la verdadera revolución empieza en el plato, así que hasta que esta gente que habla de revolución no deje de comer carne sorry pero yo no les como el cuento!
Después de que por décadas se ha intentado hacer la revolución por las armas, y después de que algunos han intentado hacer lo suyo con la pluma, o la política, hemos venido aquí a promover una nueva "arma" para que las cosas mejoren un poco.
Esperamos que los inconformes con lo que esta pasando encuentren esta herramienta útil para sus nobles fines.
Conozcan por qué sacar la carne del plato puede ser más efectivo que hacer marchas política o caridad:

Para producir un kilo de carne de vaca se necesita utilizar entre 2.000 y 16.000 litros de agua. Esta cantidad de líquidos es indispensable para nutrir al animal durante su vida y después para procesar y limpiar la carne y prepararla para el consumidor final.

Cuantas personas de pocos recursos se enferman y mueren en el mundo por falta de agua potable?

La FAO ( Fondo de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) estima que existen cerca de 840 millones de personas desnutridas. Esto es el 14% de la población humana. Cerca de 25.000 personas mueren a diario por enfermedades asociadas al hambre.

Cada año 6 millones de niños menores de 5 años mueren por el hambre y la malnutrición. Según estudios, con TAN SÓLO el 15% de los cereales empleados en el engorde de ganado se podría solucionar el hambre crónico del llamado Tercer Mundo.

SO THINK ABOUT IT!!

Esta revolución es diaria, persistente, y efectiva. Da resultados inmediatos. Además no se necesitan armas, no se derrama sangre (todo lo contrario), no se corren riesgos y en ella pueden participar en igual medida desde el cuentero hasta el policía.

Algunas personas que se oponen a los grupos armados de países latinoamericanos están patrocinando sin saberlo dichos grupos. Ya que ellos se financian de cosas abominables como el secuestro, la extorsión, el boleteo, el narcotráfico y la GANADERÍA. Por esta razón las marchas, las cartas y el lobby deberían ir acompañadas de un cambio en la dieta por un menú menos conveniente para estos grupos (y en general para gran parte de la clase dominante en los países de Latinoamérica), y que contribuya, a su vez, a disminuir el hambre en los países pobres.

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